jueves, 28 de febrero de 2013

FUERA DE SERVICIO TEMPORALMENTE

ME QUEDÉ SIN ORDENADOR Y NO TENGO DINERITO PARA OTRO,  POR ESO NO ESCRIBO. HASTA QUE ME COMPRE UNO NUEVO VOY A ESTAR SIN PODER PUBLICAR. OS RECOMIENDO QUE OS APUNTÉIS PARA ASÍ PODER RECIBIR LA ENTRADA CUANDO RETOME EL BLOG, QUE ESPERO SEA PRONTO. UN SALUDO Y HASTA PRONTO

viernes, 25 de enero de 2013

DIETAS ¿QUIÉN QUIERE HACER DIETA?

El otro día, estando en casa de mis padres, me puse a leer una revista del corazón (sí, confieso, cuando voy a casa de mis padres me encanta mirarlas) y había como unas 20 páginas dedicadas al mundo de las dietas. Con la excusa de la Navidad y de los tremendos kilos que todos/as hemos agarrado, pues a ponerse todos a cuidar la línea. Había de todo tipo: que si la dieta Atkins, la Dukan, la de la alcachofa, la de la sopa... un sinfín de ellas para todos los gustos y colores, y yo me puse a pensar ¿desde cuándo el ser humano tiene esta preocupación por estar más o menos delgado?¿desde cuándo podemos hablar de la existencia de este tipo  de prácticas?
 

Venus de Willendorf,
figura encontrada a orillas del Danubio
 a principios del siglo XX












 


Los kilos de más estaban asociados al buen comer, al tener una posición económica desahogada ya que el "pobre" solía estar como una raspa (raspa=espina del pescado), a tener buena salud; en el caso de las mujeres, unos buenos pechos y unas buenas caderas significaban fertilidad y  más facilidad para tener hijos. Pero lo que no se veía bien era la obesidad , aunque viendo la Venus de Willendorf cualquiera lo diría, puede que para los prehistóricos este tipo de mujeres fuera el ideal de belleza. No sabemos muy bien los cánones que seguían hace 22.000 años.
 
Realmente las primeras noticias que tenemos de dietas datan de la época de los griegos primero, y posteriormente de los romanos. A esta buena gente les preocupaba la salud y no tanto la apariencia física (¡Já! no me lo creo, no me imagino a un Auriga de Delfos gordo o un Fidias esculpiendo gente oronda, con lo que les gustaba a ellos unos buenos cuerpos). De hecho Hipócrates en el siglo V a.C. recomendaba una buena alimentación y mucho ejercicio físico, aunque también recomendaba permanecer desnudos el mayor tiempo posible (era tonto el médico, si lo que yo digo, si sí, si lo importante es estar sano y no tener buena figura, ¡já!), recomendaba también dormir en cama dura, hacer ejercicio hasta la extenuación, comer platos ricos en grasa que sacian más, sólo alimentarse una vez al día, no beber agua antes de las comidas y ¡no lavarse!, ea, ya estamos. Pues nada a hacer mucho ejercicio en Grecia, con el calorcito que hace en algunas épocas del año , y luego nada de baños y duchas ¡qué alegría!.

Soriano de Éfeso en el siglo II d. C no decía nada de no lavarse pero si que prohibió la leche y bendecía el uso de laxantes y vomitivos y recomendaba dormir poco. Y es que hasta no hace mucho, se pensaba que el no dormir adelgazaba, yo que soy una experta en dietas de adelgazamiento y no por interés antropológico precisamente, escuché este tipo de comentarios hasta hace no mucho
 
Avicena en el s. X-XI (Avicena era un médico persa, para los que no lo sepáis), dio la idea de comer muchos alimentos pocos nutritivos para engañar al estómago y también era partidario del uso de purgantes.
 
Y así llegamos al siglo XVIII que es donde realmente empieza lo divertido de este tema. Por un lado tenemos a un médico inglés llamado Malcom Flemyng que consideraba el agua como el mayor de los enemigos (a este hombre le hubiese dado un infarto si hubiese sabido que dos siglos después lo que recomiendan es beber 2 litros al día) y prohibía en su dieta todo tipo de alimentos ricos en agua (vamos todas las frutas y gran parte de las verduras) y si comer mucho pan, grasas y cereales. Y tenemos también a otro médico, este francés, llamado Antoine Petit, que recomendaba bañarse cada 8 días, un uso moderado de las mujeres (pues que tonto, porque el ejercicio físico adelgaza, aunque claro no mencionaba nada el uso de los hombres) y beber Champagne (lo siento, no puedo evitarlo, si es que franceses tenían que ser).
 
Y llegamos a nuestro maravilloso siglo XX y a la verdadera obsesión por la delgadez sobretodo  nosotras las mujeres que a veces parecemos tontas. Ahí van algunas:
 
La cura de la leche del doctor Leven (1920) en la que sólo tomabas leche durante los primeros 13 días de la dieta.
 
La dieta del doctor Horace Fletcher que lo que decía era que había que masticar muy bien la comida para sacar todo los nutrientes y luego escupir la pasta sobrante (muy agradable comer junto a alguien que  sigue este sistema) . Había que masticar unas 700 veces para que diera resultado (yo sería incapaz, si ahora recomiendan hacerlo 100 veces y  no puedo). Claro que comiendo tan poco sólo se defecaba 1 vez cada dos semanas y según el buen doctor las heces olían a galletas calientes. Sin comentarios. Seguidores de esta dieta: Henry James y Kafka. Ahora entiendo muchas cosas de los libros de estos señores.
 
La dieta de la sedación: inflarse a ópio y demás "medicamentos" para dormir todo el rato, ya que durmiendo no se come.
 
  Pastillas adelgazantes Sanitized Tape Worms. Estupendas pildoritas que te dejaban tan delgada como una tenia. Y tanto, porque en lo que consistían era precisamente en esto en meterte en el cuerpo a uno de estos simpáticos gusanos. Te comías una larva de estos bichos y hala a adelgazar se ha dicho. Para los que no conozcáis a este simpático platelminto puede llegar a medir 10 metros y en el mejor de los casos se te asienta en el intestino porque también una de estas larvitas se puede acomodar en el cerebro. Yo pensé  que era una leyenda urbana pero  resulta que no lo es. De hecho estuvo muy de moda. Claro que no se si tenían muy claros los efectos secundarios. Algún día explicaré como se sacaba este bicho en la Edad Media.
 
 
Podría seguir más con este tema porque dietas hay tanta como estupidez en el ser humano. Os recomiendo que os leáis un artículo que podréis encontrar en www.bbc.uk/mundo. También en la página www.nutricion.doctissimo.es. os aseguro que os vais a reir.
Hasta la semana que viene.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 21 de diciembre de 2012

NAVIDAD, NAVIDAD, DULCE NAVIDAD

Bueno...pues parece que el mundo no se ha acabado. Es verdad que aún queda mucho día por delante, pero no me parece que nos vayamos a chocar con otro planeta, o que nos caiga un meteorito, o que el sol nos achicharre etc. Así que voy a ser novedosa y voy a escribir sobre el origen de los símbolos navideños y la Navidad. ¿Soy original verdad? total sólo hay 1500 páginas que hablan de este tema en la red.
 
Vayamos por parte y hablemos de Historia

Árbol de Navidad: en el norte de Europa, en una fecha próxima a tan interesante celebración, se celebraba el nacimiento de un dios adornando un árbol. Cuando llegó san Bonifacio en el siglo VIII a evangelizar a los germanos decidió utilizar lo del arbolito en beneficio propio y transformó esta costumbre pagana en algo cristiano ¿cómo lo hizo? pues de una manera un poco rebuscada según mi humilde opinión: lo decoró con velas y manzanas. ¿Por qué rebuscado?, las velas simbolizaban la vida (a mí me parece contraproducente encender cirios en un árbol, seguro que si lo hiciéramos hoy, el cuerpo de bomberos estaría contentísimo) y las manzanas simbolizaban el pecado original, sí, el que nos cuenta la Biblia para explicar el por qué de nuestra situación actual, ese pecado en el que Eva convenció a Adán para comerse una manzana prohibida desobedeciendo a Dios (si es que no hay nada como hacer cosas prohibidas, de todas maneras menudo individuo el Adán ese que también se moría de ganas de comer la manzanita y no tardó ni dos segundos en dejarse convencer por Eva y luego va y cuando ella queda como la mala malísima, pues ea, a callarse la boca y a decir aquello de que las mujeres somos unas brujas y los pobres hombres unos influenciados por nuestras malas artes. Hay que tener morro (tener morro =no tener vergüenza). No me digáis que no es rebuscado poner unas manzanitas como elemento decorativo y pensar en el pecado original. A ver si nos vamos relajando un poco que ya es hora.
Lo del arbolito como podréis suponer se extendió a toda Europa y mundo entero y ahora no hay casa cristiana que se precie de serlo que no tenga uno.

El belén: costumbre típicamente española y de los países latinos y que consiste en representar el nacimiento de Cristo mediante figuritas. En un belén nunca falta la Virgen María, san José, los Reyes Magos, pastores, ángeles, el buey y la mula y el niño Jesús. Luego según la zona se añaden más elementos, por ejemplo a los catalanes les encanta poner a un tío defecando (son raritos ya lo sé), lo cual es natural como la vida misma. Parece ser que el primero que construyó un belén tal y como lo conocemos fue San Francisco de Asís en el siglo XIII, y luego se fue extendiendo por toda Europa. A España llegó con el rey Carlos III de Borbón que lo trajo de Nápoles en el siglo XVIII lo mismo que a América llegó a través de los franciscanos que lo usaban como elemento evangelizador. Pero el origen del belén habría que verlo incluso más allá, de hecho han aparecido figuras en las catacumbas de los cristianos, que representaban el nacimiento de Jesús. Por lo que parece, adaptaron las costumbres que imperaban entonces de utilizar objetos de culto con formas humanas y de animales (a los romanos les encantaba representar a los dioses lares o dioses del hogar con estas pequeñas esculturas) y empezaron a hacer belenes. Yo estoy segura que ni por asomo eran tan bonitos como los que tenemos ahora, con su nieve y  su molino y su río y hasta con el señor haciendo caca de los catalanes.
Me gustaría hacer un inciso, el papa Benedicto XVI ha dicho que en el nacimiento de Jesús no había ni buey ni mula. Así que aviso a navegantes, ya lo estáis quitando. Pues si que estamos buenos, no sé, a mí un Belén sin animales me parece como un campo sin flores.
 
 
 
Papá Noel (Santa Claus): a este orondo señor se le relaciona directamente con san Nicolás, un obispo griego que vivió en el siglo IV en Anatolia. Nicolás de Bari, que así se llamaba, y al que le gustaban mucho los niños (en el buen sentido de la palabra, que ya sé que últimamente es sospechoso relacionar curas con niños) y siempre estaba ayudando a los más pobres haciéndoles regalos. Y la pregunta que nos hacemos ahora es ¿cómo llegamos de un obispo del siglo IV con aspecto de turco a un hombre gordo con barba blanca y enfundado en un horroroso traje  rojo  y que para más inri vive en el Polo Norte? Durante la Edad Media, el culto a san Nicolás se extendió por toda Europa llegando a ser muy importante. Como ya existían seres paganos que hacían regalos a los niños, no fue muy difícil sustituirlos por el obispo en cuestión, el cual ya había empezado a ser representado según los gustos holandeses. Posteriormente en el siglo XVII, cuando los  habitantes de los Países Bajos llegaron a la actual Nueva York lo hicieron llevándose consigo sus costumbres, entre ellas a San Nicolás.
 
En el siglo XIX Washington Irving (escritor norteamericano) transformó al obispo de Anatolia en un duende con cara de malo que repartía juguetes y lo hacía llevado por un trineo tirado por renos, unos años después se le dio el aspecto de más bonachón. En el siglo XIX se extendió a Europa y finalmente a principios del siglo XX se le mandó a vivir al Polo Norte.  Su aspecto actual se lo debemos a Coca Cola, que sacó un anuncio con la imagen del Papa Noel que todos conocemos, aunque el traje rojo ya se había usado con anterioridad. Y si seguimos así, pues dentro de unos años Papá Noel será un rubio o morenazo espectacular que irá enfundado en unas mallas de bailarín y que nos alegrará la vida a más de uno/a en las noches frías del 24 de diciembre. Total, si de obispo de Anatolia ha pasado a lo que tenemos actualmente, no veo por qué no se va a transformar otra vez.
 
La semana que viene voy a hablar de Nochebuena y Nochevieja y de por qué es en estas fechas cuando se celebra la Navidad. Pasad una buena semana y cuidado con los atracones (atracón=comer mucho más de lo que un cuerpo humano está dispuesto a permitir). Al final del bloque dedicado a la Navidad os doy bibliografía. aún así en el blog Dime Barcelona también hablan de este tema por si os interesa.
 
 


 

viernes, 14 de diciembre de 2012

¿EL FIN DEL MUNDO? ANDA YA

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos y destruyó las ciudades y toda aquella llanura con todos los moradores de aquellas ciudades y el fruto de la tierra (Génesis 19, 24-25).
 
Y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno (Génesis 19,  28)
 

 
Vamos que no quedó nada de nada. Y sí, esto es de la Biblia, y no, mi blog no se ha vuelto religioso, sencillamente es que yo soy de las que piensa que muchas de las cosas que nos cuenta la Biblia sucedieron de verdad (y con esto no me refiero a que una señora se convierta en sal por mirar atrás o que un individuo viva 200 años, que son cosas que nos cuentan en tan sagrado libro, y mira que a mí sí que me gustaría que más de uno/a se transformara en sal) y muchos de los lugares que describe el Antiguo Testamento existieron en realidad. En el caso de Sodoma y Gomorra los arqueólogos cada vez están más cerca de demostrar que en la zona del Mar Muerto había ciudades en la Edad del Bronce (2.500 a.C) que fueron destruidas por las fuerzas de la naturaleza, tanto que no ha quedado ni una triste piedra. Ya sé que suena a cuento chino (cuento chino=dicho español que no va contra los chinos y que quiere decir que es mentira) pero por lo que parece, la zona que rodea al Mar Muerto es una zona altamente sísmica, es decir con muchos terremotos, y con gas metano en el suelo, es decir muy propensa a tener incendios producidos de forma natural y además altamente porosa con filtraciones de agua y arenas movedizas, es decir inundaciones; y no tiene también nieve porque está en donde está (Israel-Jordania) que si no pues también, porque no le falta de nada. Con estas premisas lo que me alucina es que no saliesen corriendo a la mínima
 
 Hemos empezado con un posible apocalipsis que aún está por demostrar, pero vamos a continuar con otras destrucciones que están más que probadas, así que voy a hablar por un lado de lo que ocurrió en Santorini hace mucho tiempo, y del gran terremoto y tsunami que asoló Lisboa en el siglo XVIII . Y si os interesa el tema, pues sólo tenéis que pedir que escriba más sobre ello. El asunto de las pestes y demás epidemias lo trataré aparte.


Bien, La isla de Thera, lugar que algunos expertos han querido identificar como la Atlántida y que como poder ser pues podría ser, aunque lo que sí que me niego a aceptar es que las pirámides fuesen construidas por los extraterrestres. Bueno que me salgo del tema, el caso es que la Isla de Thera era un lugar muy próspero donde parece que la gente vivía muy bien (de ahí lo de la Atlántida). El asunto es que  hubo un gran terremoto que destruyó parte del archipiélago y mucha gente se fue por aquello del miedito que debe producir. Se piensa que los habitantes mayoritariamente abandonaron la isla porque cuando llegó el gran cataclismo (que no lo dudéis llegó, que para eso hablo de ella en este artículo dedicado a grandes catástrofes de la Historia), tampoco quedaban muchas personas, tan sólo algunos pobres desgraciados que no tenían donde ir y a algún que otro descreído que diría aquello de lo peor ya ha pasado. Sí sí, seguro... Bueno el caso es que mucha gente abandonó la Isla y se fueron algunos a Creta y otros al Continente (esto se sabe porque al hacer las excavaciones lo que son muchos muertos no aparecieron, ni tampoco joyas ni riquezas). Luego se produjo una gran erupción volcánica (los terremotos se producían por el volcán) que hundió la mitad de la isla bajo el mar y que provocó un enorme tsunami que llegó hasta Creta y que destruyó parte de esta isla también (y por lo que parece fue el desencadenante del principio del fin de la cultura minóica), a mí los que me dan pena son los que se fueron de Thera huyendo y acabaron en Creta, ¡qué mala suerte leches! y pasaron de terremotos y se encontraron con olas gigantes, si es que hay algunos que mucha fortuna no tienen. Las olas que llegaron, para que os hagáis una idea tenían más de 90 metros de altura y dicen algunos que la columna de humo se vió hasta en Escandinavia (supongo que lo suponen porque no sé si se habló con algún escandinavo de la época, pero seguro que verse se vería) y que la columna de fuego que dice la Biblia (otra vez el libro sagrado, si es que da mucho juego) que guió a Moisés y a los israelitas de su huída de Egipto en realidad era la explosión del volcán. Y todo esto ocurrió en nuestro mar Mediterráneo.

Por último me gustaría hablar de lo que ocurrió en Lisboa porque es un desastre muy desconocido por muchos y que pasó hace relativamente poco y que además afectó también a partes del sur de España. Empecemos con los hechos:

Un 1 de Noviembre del año 1775, es decir el día de todos los Santos (Halloween para las culturas anglosajonas) hacía un sol espléndido en Lisboa y todo el mundo iba con sus trajes de domingo (ir con traje de domingo significa ir con las mejores ropas, a lucirse delante de los  vecinos y lo que es infinitamente más divertido, criticar al resto), el caso es que de pronto hubo un terremoto tremendo y la mitad de las casas se cayeron. La gente asustada corrió hacia la zona del río que está al lado del mar y se pusieron a rezar de rodillas (así lo contaron testigos que sobrevivieron) y vino un segundo terremoto más pequeño, eso sí, pero más peligroso porque las casas que no se habían caído se terminaron de caer y lo peor de todo es que parece  que alguien gritó ¡qué viene el mar! (que alguien grite que el océano se acerca no es lo peor, que lo que grite sea verdad sí lo es) y así fue, se les echó encima una ola de más de 15 metros que arrasó con todo y que al replegarse y volver hacia el mar formó remolinos y se llevó consigo todo lo que encontró. Y luego hubo un tercer terremoto que trajo consigo otra ola y se volvió a repetir la historia. En fin que se salvaron los que estaban en zonas altas aunque la ciudad fue pasto de la llamas y lo poco que quedaba de los terremotos y el tsunami sucumbió ante el fuego (y luego nos parece increíble lo de Sodoma y Gomorra). Se destruyó un 85% de la ciudad y murieron unas 90.000 personas de 275.000 habitantes que tenía Lisboa por aquel entonces.

Vamos, que ni los mayas, ni meteoritos, ni choques planetarios. Hablando de catástrofes, hay una exposición en Madrid sobre Pompeya que pienso ir a ver, ya os contaré que me ha parecido.
Si os interesa el tema de los desastres hay un libro muy interesante llamado Historia mundial de los desastres escrito por John Withington que no va a defraudar a los morbosos/as entre los que yo he de reconocer y  sincerarme, me encuentro. http://www.elimparcial.es/libros/john-withington-historia-mundial-de-los-desastres-cronicas-de-guerras-terremotos-inundaciones-y-epidemias-50261.html

También hay un documental de la BBC sobre Sodoma y Gomorra que dura 50 minutos por si os interesa. http://www.teledocumentales.com/terremoto-sodoma-y-gomorra/
 
Hasta la semana que viene.
 
 

domingo, 9 de diciembre de 2012

CUIDADITO CON LA SÍFILIS

Mil perdones a los que me leéis ya que este artículo tendría que haber salido el viernes. Por si se vuelve a repetir, os recomiendo que os suscribáis y así lo recibiréis directamente en vuestro correo electrónico (lo de hacerse miembro lo doy por perdido) en el momento que lo publique.
 
Con esta segunda entrada de mi blog terminamos con el tema de los anticonceptivos,  por lo que os recomiendo que os leáis primero el artículo titulado "Ya estoy de nuevo embarazada Asurbanipal". De todas maneras en un futuro hablaremos de la sexualidad a lo largo de la Historia, por lo que el sector adolescente que se quede tranquilo. Empecemos pues con el tema.

Bien, mirad lo que dijo san Agustín:



"Los que se procuran venenos para la esterilidad no son esposos son lujuriosos".
 
Pues sí, eso dijo el santo, y es que a lo largo de la Historia, el uso del preservativo y los métodos anticonceptivos han sido rechazados no sólo por casi la totalidad de las religiones monoteístas, también en Roma en la época de la República, el dictador Sila sacó la Ley Cornelia prohibiendo su uso. Y es que de lo que se trataba era de tener hijos, muchos hijos. ¿Hicieron caso? pues ya vimos que en la Antigüedad pues no mucho, y en épocas posteriores pues como que tampoco y eso que el miedo a pecar está presente desde hace mucho tiempo.

El tema del pecado marcó toda la Edad Media y el miedo a ir al infierno estaba presente en todo momento, pero ¿se dejaron de utilizar métodos anticonceptivos ? pues rotundamente no. Se usaron y mucho, aunque ya no tanto los espermicidas (que no nos equivoquemos, también los había , se sabe que el bicarbonato era muy solicitado) y si mucho más los condones ¿por qué? por la frecuencia con la que muchos señores visitaban a mujeres de alegre vida o triste vida según el punto de vista desde donde se contemple, y no es que les preocupara dejarlas embarazadas, lo que les aterrorizaba era la idea de pillar alguna enfermedad venérea, así que a usar condones.
 

Me preguntaron el otro día por el tema de los cinturones de castidad. Bueno, como sistema anticonceptivo desde luego es muy útil, ya que es una braga metálica que cubre completamente las partes pudientes de la mujer. Según se cuenta, los nobles medievales antes de partir a la guerra se lo ponían a sus amadas para evitar que éstas tuvieran tentaciones y les pusieran los cuernos (poner cuernos es decir ser infieles) con otros hombres más cabales  e inteligentes que  se hubieran  quedado en tierra sin hacer caso a la testosterona y por lo tanto a las ganas de estar todo el día guerreando por ahí (leeros por favor mi entrada "Nos vamos de Cruzadas", vais a entender a lo que me refiero). Según dicen se pusieron muy de moda en la época de las Cruzadas y existían dos llaves, una que se llevaba el marido y otra que se quedaba con el sacerdote, el cual tenía orden de abrir el chisme a los cuatro años en el caso de que el marido no hubiese aparecido. Y claro ahora  todos estamos pensando que eran unos brutos y todo esto. Bien pues no. Los cinturones de castidad parece que no se usaron para este menester, se duda incluso de su existencia ya que los que tenemos están hechos en el siglo XIX y no en la Edad Media y de esta época curiosamente no nos ha llegado nada (y mira que es raro porque de estos tiempos nos ha llegado casi de todo) ¿entonces? entonces nada, leyenda urbana del siglo XIX. Pero vamos  a ver ¿como va a estar una mujer con semejante trasto puesto durante años? se moriría de la tremenda infección ¿como orinaría?¿qué pasaría con la menstruación? y en el caso remoto que existieran pues lo más seguro es que se usara de forma temporal, pero repito, hasta ahora no hay constancia de su presencia en el Medievo. Eso sí, en la actualidad en el mundo sadomasoquista  se usa mucho y que alguien por favor me explique para qué.

Lo que si que usaban las mujeres medievales y luego en el siglo XVII también en Canadá (que frío por Dios) era un sistema infalible para evitar embarazos no deseados y no me refiero a la abstención por la que tanto abogan algunos miembros de algunos cleros, me refiero a  un método anticonceptivo muy práctico y sobretodo ecológico: atarse al lado de la parte púbica testículos de comadrejas en el caso de  Europa y de castores en Canadá.
 
Pues si, lo que estáis leyendo, a estos pobres bichos se los cargaban para hacerse semejante adorno. Desconozco el por qué de tamaña barbaridad y me apuesto un guante de mi mano (que no la mano)a que mucho resultado pues como que no daría (aunque vete tu a saber, por lo que parece el excremento de cocodrilo con los antiguos egipcios funcionaba). Claro y es que una piensa que a qué hombre con dos dedos de frente se le ocurriría mantener relaciones con una mujer que llevara unos huevos de comadreja o castor atado a la cintura, pero mi marido muy sabiamente me ha comentado que para ciertos menesteres los hombres no tienen ni medio dedo de frente. En fin, lo dicho ¡pobres bichos!. En caso de no tener a mano unos testículos de comadreja pues también podía servir el ano de una liebre. Sin comentarios

De lo que no nos queda ninguna duda es que los condones eran reutilizables y yo me supongo (y digo me supongo pero no lo tengo todas conmigo ya que en esta época muy limpios no eran) que los limpiarían. En el Museo Británico hay expuestos algunos de ellos, aparecieron en una excavación realizada en el castillo de Dudley y datan del siglo XVI, XVII y XVIII y al igual que los egipcios estaban cosidos por un lado y en el otro había una cinta para atarlos. Se realizaban con intestinos de animales. Y a veces su fabricación era con cuero que había que meter previamente en leche para ablandarlos (¡viva la sensibilidad y el contacto total!).
 
Gabriel Falopio en el siglo XVI  en su libro De morbo Gallico también nos habla de un anticonceptivo hecho con tripa de animal y lino que se fijaba al pene con una cinta (¿el lino no es un poco áspero?).





 
Giacomo Casanova que vivió allá por el siglo XVIII el Venecia explicaba en sus memorias que el nunca iba por ahí sin su rendigote anglaise que suena muy bien pero que significa algo así como su capa inglesa de montar y con montar no se refería a caballos precisamente.
 



Realmente hay que dar gracias por haber nacido en el siglo XX, de hecho es desde 1932 cuando la London Rubber Company comenzó a fabricar condones de látex bajo la marca de Durex y allá por los años 60 salió la píldora; y ni que decir tiene que los DIU (Dispositivo intrauterino) ya no se hacen con esponjas ni papel de bambú. Aún así, no nos creamos que nuestro siglo pasado se libraba de acciones un poco surrealistas, de hecho en los años 50,  se creía que si una mujer se lavaba las partes íntimas con coca cola después del coito pues que también se evitaba el embarazo. Claro, si el refresco de cola ya se sabe que es bueno para todo, ¿qué te duele la cabeza? un vasito bien fresquito, ¿qué te duele la barriga? pues también coca cola, ¿qué a tu marido le ha fallado el coitus interruptus (coitus interruptus o como se conoce vulgarmente en España: marcha atrás) pues unas buenas friegas vaginales con el refresco y listo.
 
En fin, que este tema da para mucho, como casi todo en la Historia. Que empecéis bien la semana y nos volvemos a ver muy pronto. Para los que quieran saber más del asunto, en Internet hay mucha información, aunque yo recomendaría un libro titulado Historia del condón y de los métodos anticonceptivos escrito por Ana Martos Rubio.

viernes, 30 de noviembre de 2012

YA ESTOY DE NUEVO EMBARAZADA ASURBANIPAL

En primer lugar pedir disculpas por no haber publicado antes, pero ha habido problemas de conexión con blogger y hasta ahora no me han dejado. Y en segundo lugar, ya que el sector adolescente que me sigue me ha pedido con insistencia que escriba sobre la historia de los métodos anticonceptivos, pues venga ahí va y como hay más escrito de lo que yo pensaba, pues esta semana un capítulo y la que viene el desenlace. Dicho esto, me meto con el tema.
 
Cuando me puse a leer sobre el asunto de esta semana me entraron dos dudas: ¿desde cuándo se usan? y más que nada ¿desde cuándo el ser humano ha relacionado el acto sexual con la fertilidad?. La primera pregunta tiene más o menos fácil respuesta, la segunda no tanto. Por lo que parece, el hombre lleva utilizando métodos anticonceptivos unos 12.000 años y ¿de donde me saco esto?, pues de unas pinturas rupestres que hay en la Cueva de Combarelles en Francia. Os muestro el dibujo en cuestión.
 
 
 
¿Qué os parece? ¿estamos realmente ante la imagen de un señor con un preservativo o estamos ante la imaginación de los arqueólogos? (aunque pobres, he de decir en su defensa que tiene que ser muy difícil interpretar la Historia basándose en unas pinturas que muy nítidas no es que sean). Yo realmente no sabría decir, lo único que aportaría sería que:
  1. Que a estos franceses les encanta ser los primeros y los inventores de todo (lo cual no me parece mal que conste)
  2. Que yo al lado del buen señor del dibujo veo un burro y no una mujer.
¿Desde cuándo tenemos pruebas materiales y textos escritos? Pues como no podría ser de otra forma ¡desde los egipcios!, pero mira que nos dan juego estas gentes. Concretamente hay dos papiros: el Papiro de Ebers y el Papiro de Petri (1850 a.C.). Ambos son de contenido médico, en el caso del primero nos hablan de un DIU (dispositivo Intrauterino) usado por ellos y en el segundo nos dan la receta de como hacer un espermicida. Empecemos por el primer caso: se hace un tapón de hilo mezclado con miel y se introduce en la vagina, ea, ya está, ya tenemos una estupenda barrera. En el segundo caso pues a fabricar el anticonceptivo en casa ¿qué cómo hacemos un espermicida casero? pues muy simple, se mezcla excremento de cocodrilo con miel y se unta en la vagina, la cual ha sido previamente tratada con bicabornato para irritarla (y digo yo ¿no tendría ya bastante irritación? ) ¿qué no tenemos grasa de cocodrilo a mano? pues a usar el tapón. Sí, ya sé que suena asqueroso y no muy higiénico, pero los egipcios eran muy listos así que seguro que razón tenían. Aún así, en algunas tumbas han aparecido también condones que  se fabricaban con tripas de pez o animal, concretamente cordero y se ataban con un cordel. Este tipo de anticonceptivo era reutilizable. Ahí tenéis una foto de un condón conservado en el Museo del Cairo.
 
 
 
Adelantándonos un poco más en el tiempo tenemos a los griegos, que además de ser expertos en la creación y uso de lubricantes (y no pienso profundizar más en el tema), también fabricaron espermicidas, de hecho Aristóteles que era muy listo aunque no sé yo si en estos menesteres, nos decía que había que untarse la parte de la matriz en la que cae el semen con aceite de cedro o con un ungüento de plomo e incienso mezclado con aceite de oliva.(¡Ay madre, yo casi que me quedo con la grasa del cocodrilo!). Hipócrates también habló del asunto y dijo que si una mujer se metía un objeto extraño en la vagina, pues que evitaba los embarazos (si claro, y con la abstinencia también se evitan).
 
En época de los romanos y concretamente las prostitutas, antes de atender a los clientes, se hacían lavados vaginales con vinagre; y un médico de tiempos de Adriano, llamado Soriano de Éfeso, nos da otra receta para hacer un anticonceptivo femenino: aceite rancio de oliva con miel y resina de cedro, todo muy bien machacadito y la pasta resultante pues al útero. También este buen señor hablaba del uso de tapones vaginales, pero en este caso lo que había que meterse era una esponja empapada en vino (si es que no hay nada como emborrachar a los espermatozoides). He leído en algunos sitios, aunque no tengo muy claro la veracidad, que Soriano de Éfeso recomendaba ponerse en cuclillas después del acto sexual y estornudar, y en casos muy extremos ???????? había que saltar siete veces levantando los brazos. Sin opinión al respecto, no puedo.
 
Por último hablar de los chinos, que eran muy finos y delicado ellos en esto de evitar embarazos. Pues nada, un tal doctor Sun Ssu Mo tenía la siguiente receta que estoy segura que resultado daba: la mujer tenía que tomarse una píldora tan grande como una yuyuba (no tengo ni idea de como es esta fruta) hecha a base de mercurio y aceite y muy frito. La forma de tomarla era con el estómago vacío y así se evitaba la preñez para siempre. No, si de esto estamos seguros, pero no sólo embarazos seguro que mucho más.
 
¡Qué suerte haber nacido mujer ahora y en Europa!. La semana que viene os escribo la segunda parte y os doy bibliografía por si os queréis especializar. Si alguien se anima en experimentar en carne propia, pues nada, que nos lo cuente en los comentarios. Buena semana a todos/as
 
 
 
 
 

viernes, 23 de noviembre de 2012

MUJERES CRUZADAS Y DESCRUZADAS

Lo primero de todo es recordaros que ya hablé de las Cruzadas, hace unas dos semanas, explicando la razón de las mismas, por lo que como hoy vamos a hablar de las mujeres en las Cruzadas, os recomiendo que os leáis mi entrada "Nos vamos de Cruzadas" y así os vais poniendo al día. Dicho esto, empecemos con el tema en cuestión que tiene mucha miga.
 
"Trato infame y abominable con el turco" dicho por Alberto de Aix (también conocido como Alberto de Aquisgrán). Este señor fue un cronista de las Cruzadas que escribió en la primera mitad del siglo XII y que nunca en su vida pisó Oriente Próximo, pero que dijo que lo sabía de muy buena tinta ya que se lo habían contando algunos caballeros y en mi opinión, no tanto, que volvieron de Tierra Santa, y por lo que parece más de uno le dijo que las mujeres se "entregaban amigablemente " a los turcos; no sabemos si este comentario lo hacían preocupados por la virtud de las damas o porque éstas prefierieron pasar mejores ratos con los turcos que con ellos. Y no es el único al que parece preocuparle la vida íntima de las mujeres, un sacerdote escribía así una carta a una feligresa que también quería coserse la cruz: "el diablo escucha con sumo placer la prédica de una cruzada, porque en la peregrinación de la cruz una multitud de nobles damas se convierten en cortesanas, y millares de doncellas perderán su inocencia". Y dale con la misma historia. Pero vamos a ver, que el viaje era muy largo, frío y peligroso...que  no te preocupes y agárrate a mí si tienes miedo (le dijo ella a él), que hay que ver que frío hace por estas tierras, casi que mejor compartimos manta y nos damos calorcito, y así un largo etcétera y luego claro, una cosa pues como que  lleva a la otra. Desconocemos si la feligresa se quedó en casa finalmente o marchó a las Cruzadas ante tan jugosa perspectiva.
 
De todas forma, sacaría algo positivo de estos comentarios y es ni más ni menos la confirmación de que a las Cruzadas fueron mujeres, y muchísimas. Ana Comnena así nos lo describió (mirar mi entrada Nos Vamos de Cruzadas) y no sólo ella, los cronistas nos hablan de que los caballeros y campesinos que tomaban la cruz lo hacían acompañados de sus mujeres (luego más adelante hablaré de las que se quedaban), y en la mayoría de los casos alababan la valentía y el saber estar de las mismas (no todo se iba a centrar en la virtud o falta de ella)
 
Detalle de la ilustración de la boda de Leonor con  Luis VII
Leonor de Aquitania, Beatriz de Anjou (mujer de Carlos de Anjou),  Florina (hija del duque Eudes I de Borgoña)  que decidió acompañar a su prometido Suenon (hijo del Rey de Dinamarca) porque a ambos les hacía una ilusión tremenda casarse en Jerusalén (pues como hoy, que los  japoneses  se vienen a España a casarse en Sevilla o Toledo porque también les hace mucha ilusión), lo que pasa es que el final de esta pareja fue un poco dramático ya que ambos murieron en el desfiladero de Capadocia bajo las flechas turcas (en España no se dispara con flecha a los japoneses, en todo caso algún que otro amigo de lo ajeno les roba la cartera); la princesa Ida, Margravina de Austria, que tuvo también la misma suerte que los enamorados y que por lo que parece murió bajo su caballo también en el ardor de la batalla (aunque hay una leyenda que dice que en realidad acabó cautiva de los sarracenos y que terminó sus días en un Harem del sultán de Mosul ); Elvira de Aragón (mujer de Raimundo de Saint -Gilles) o Margarita de Provenza (mujer de San Luis), aunque en este último caso los historiadores mal pensados nos cuentan que en realidad tan noble señora acompañó a su esposo de peregrinación por no quedarse con su suegra, la reina Blanca, que hemos de suponer que sería de armas tomar, por lo que hemos también de decir que las historias suegras vs nueras es algo que ha existido siempre y siempre existirá.
 
Pero ¿y cómo nos imaginamos a estas nobles damas? ¿nos pensamos que estas féminas se quedaban chillando en sus caballos esperando a que terminara la contienda? pues por lo que parece y según nos cuentan los cronistas... no, un rotundo no. De hecho nos informan que las mujeres ayudaban y peleaban junto con los hombres; algunas eran muy buenas con la ballesta y las crónicas tanto de un bando como de otro, nos informan de la existencia de una guerrera conocida como la mujer del manto verde, a la que le tenían muchas ganas y no pararon hasta que acabaron con ella. 
 
Peregrinaron a Tierra Santa mujeres de toda condición: nobles, campesinas, prostitutas , por lo que si seguís teniendo en mente la imagen de grandes ejércitos masculinos marchando a Oriente mientras una ristra de mujeres, atrás, llorando desconsoladas en los caminos, pues os habéis equivocado. Aún así, hubo mujeres que no se fueron con sus maridos, de hecho de éstas también nos hablan los trovadores y juglares, como también nos cuentan que las mismas  si que lloraban cuando veían a sus consortes marchar. Ahora bien, cabría preguntarse ¿lloraban por pena, o por pura alegría? porque yo me puedo imaginar a más de una convenciendo a su esposo para que tomaran la cruz y poniendo velas a algún santo para retrasar la vuelta de sus maridos o incluso pidiendo cosas un poquitín peores (en España se estila poner velas a los santos cuando quieres algo de las alturas. De hecho hay santos muy especializados que no aceptan velas sino otro tipo de objetos u alimento. Mi madre durante mucho tiempo tuvo un San Pancracio, que es el patrón del trabajo, en la cocina y siempre con una ramita de perejil. Habrá que averiguar si a este buen señor le gustaba mucho semejante hierba y si era perejil y no tomillo ya que yo aún sigo parada).

Nos consta que fueron muchas las nobles que se quedaron. Casi la totalidad  de ellas alegaron embarazos y que tenían que cuidar de los hijos pequeños para no acompañar a sus maridos (muchas otras se fueron con los infantes y encinta y parieron por el camino ), y es que nos podemos imaginar a la buenas mujeres con muy pocas ganas de meterse en tamaña aventura y sobretodo y lo más importante, es que en el caso de las aristócratas, era en estos períodos cuando más poder adquirían ya que eran ellas las encargadas de la administración del castillo y de las tierras, a falta del señor de las mismas. Era en estos momentos cuando se podía hablar de verdaderas señoras feudales haciéndose cargo absolutamente de todo. Qué queréis que os diga, yo también me hubiese quedado.
 
Os recomiendo un libro de Régine Pernoud "La mujer en tiempos de las Cruzadas" y un blog del que soy seguidora llamado Mujeres en la Historia y en el que podréis encontrar información sobre Leonor de Aquitania y muchas más. www.mujeresenlahistoria.blogspot.com.es


Y haceos miembros de mi blog por favor, que sé que sois ya bastantes los que me seguís y tengo tan sólo 16 seguidores lo que queda así como muy triste y vacío. Y no sabéis la envidia que me da cuando veo otros blogs rebosantes de miembros y seguidores. He dicho.
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 16 de noviembre de 2012

Y PENSABAMOS QUE LAS HUELGAS ERAN ALGO DE AHORA

Ya sé, ya sé que estabáis todos esperando a mujeres guerreras y con una cruz cosida en la ropa, pero es que como dicen muy a menudo en la televisión y en la prensa, la actualidad manda y bueno como sabréis, esta semana ha estado muy calentita en parte de Europa con huelgas generales y manifestaciones; de ahí mi cambio. Prometo que la semana que viene os hablo de Leonor de Aquitania y compañía.

El caso es que me puse a pensar en la Historia (vale sí, en realidad la idea me lo dio algo que vi en twitter. No, no estoy siempre pensando en temas culturales) y empecé a darle vueltas al hecho de si sería común hacer huelga en la Antigüedad, y ... sorpresa sorpresa, nuestros lejanos antepasados ya hacían uso de este sistema de protesta.

Yo sabía que a raíz de la Revolución Industrial y los movimientos obreros pues como que la cosa era muy común pero ni me imaginaba que los egipcios (reconoced que ya los echábais de menos ¿verdad?) allá por el año 1163 a. C organizaron una huelga.  Pero antes de meternos con el tema de los faraónicos, me gustaría hablaros de la Revolución Industrial ya que seguro que hay a más de uno que le suena pero no sabe de qué. 

La Revolución Industrial empezó en Gran Bretaña en el siglo XVIII y se extendió por toda Europa a lo largo del siglo XIX, bueno en España llegó un poquito más tarde. Fue un cambio tremendo porque se pasó de una economía basada en el trabajo manual a otra dominada por la Industria y manufactura. Y todo cambió muchísimo y hasta hoy. Ahora nos quedan los mercados medievales de los pueblos, que de medievales tienen poco y sí mucho de Made in China.

Volvemos con los egipcios. Hay un papiro conocido como el Papiro de la Huelga, que se encuentra en el Museo de Turín ,  y que nos cuenta con todo lujo de detalle lo que pasó aquel año de 1163 a.C. También existen unas piezas llamadas ostraca que nos informan de lo sucedido (ostraca=trozos de cerámica que se utilizaban para dibujar y para aprender a escribir. ¿Qué el niño jugando a la pelota  te rompía el jarrón de las flores? pues ya tenías una ostraca. Ea, desde ahora en vez de decir "cacho cerámica roto", decimos ostraca que queda mucho más culto).
Pero pasemos a la hechos:
Ramsés III oferente. Templo de Jonsu, Karnak
El caso es que estos señores estaban construyendo la tumba de Ramses III en el Valle de los Reyes y hacía ya unos cuantos días que no recibían su salario y se cabrearon mucho. 
 
 El sueldo consistía en comida que se basaba fundamentalnete en dátiles, pan, verduras, a veces carne y a veces higos, agua, ungüentos y ropajes (os recomiendo que os leáis la primera entrada que publiqué, Perfumados y perfumadas para que podáis entender lo importante que eran para los egipcios las cremitas y perfumes variados); y pasó que un día de buenas a primeras pararon de recibirlo, y claro todo el mundo a enfandarse con el faraón y como éste no estaba muy a la vista, pues a enfadarse con los funcionarios que trabajaban para él y con los sacerdotes que eran los que guardaban la comida en el templo. Pero había una explicación, y es que resulta que el gobernador de Tebas que tenía muy mala leche (mala leche=cierta maldad, malas ideas, no mucha bondad) como era un enemigo político del faraón pues decidió quedarse con la comida que iba destinada a nuestros sufridos obreros y de ahí que éstos no cobraran. El caso es que los trabajadores se fueron al templo y realizaron una sentada delante del mismo y luego empezaron a perder la paciencia y las cosas se empezaron a caldear, y los sacerdotes que vieron que a jugar al parchís (parchís=juego típicamente español de las tardes del domingo) precisamente no venían, pues negociaron con ellos y todo se aclaró y la tumba fue terminada finalmente. Pero previamente les dejaron  de pagar otras tres veces más, y aquí ya no se le podía echar la culpa al gobernador de Tebas.
 
En la Antigüa Roma también se hicieron huelgas, de hecho hubo varias a lo largo del siglo V, IV y III a.C. Por ejemplo, en el siglo V a. C se montó una huelga por parte de los plebeyos porque éstos se negaban a ir al ejército si seguía el tema de que cada vez que no podían pagar una deuda, pues, hala, a ser esclavos (anda que vaya nimiedad por Dios, total tampoco es tan grave acabar siendo esclavo) de hecho los pebleyos se marcharon de Roma hacia el Monte Sacro (lugar que no se tiene ni idea de donde estaba, pero que por lo que parece era muy sacro), dejando Roma a su suerte y a los patricios no les quedó más remedio que pactar y así los enfadados ciudadanos consiguieron más representación legal y más justa. No hay que olvidar que los huelguistas eran la gran mayoría de la población (extranjeros, gentes del campo, pequeños propietarios, artesanos, comerciantes). También hubo otra muy fuerte en el siglo III a.C, en este caso porque querían más representación política y en este caso se fueron al Monte Aventino, y aquí también los patricios tuvieron que pactar porque Roma se quedó desabastecida.

Ahora bien, yo de quedarme con una huelga me quedo con la que hizo  Lisístrata y las demás mujeres griegas. Estoy hablando de una
obra de teatro de Aristófanes y que fue representada por primera vez en el año 411 a.C y que planteaba una protesta de caracter sexual, es decir de piernas cerradas. ¿Qué significa? pues que o se acababan las guerras del Peloponeso o no había más sexo. En mi opinión muy peligroso, y lo digo como mujer, no tenemos que olvidar que a los griegos el tema masculino también les gustaba lo suyo y como dice un dicho muy español "a falta de pan buenas son tortas".
 
 
Lo más curioso es que basándose en esta obra clásica del teatro griego, se han hecho huelgas de piernas cruzadas en nuestra reciente Historia en países como Liberia, Kenia, Filipinas, Turquía y también una política lo propuso en Bélgica. Y lo más curioso es que en la mayoría de los casos dio resultado. Me pregunto si funcionaria igual en el caso de que fuesen los hombres los que hicieran una huelga de este tipo (¿sabe alguien si Ángela Merkel está casada o tiene pareja?).
 
Bueno, por hoy termino, la semana que viene más. Aquí os dejo una página muy interesante sobre Egipto. Y si os gusta las cosas fuertes pues a leerse Lisístrata
 

viernes, 9 de noviembre de 2012

NOS VAMOS DE CRUZADAS

Concilio de Clermont. Francia. 27 de noviembre de 1095
 
 

Concilio de Clermont. Ilustración de estilo gótico tardío, extraída del Livre des passages d'Outre-mer (hacia 1490), Conservado en la BNF

 
El papa Urbano II estaba haciendo todo lo normal para ser un concilio: que si decretos contra el matrimonio de clérigos, que si decretos contra no se que obispo por simonía (compra de cargos espirituales por ejemplo), que si hay que excomulgar al rey de Francia por adulterio, vamos, lo normal para cualquier concilio que se precie. Pero hubo algo más, algo  que cambió la Historia y que ha hecho escribir ríos de tinta. Algo que ha fascinado a mucha gente desde entonces...

 Se convocó a todo el pueblo para anunciarles algo sensacional y como todos no cabían en la Catedral, se montó el trono papal en una plataforma a las fueras de la ciudad , extramuros; y allí ante una muchedumbre curiosa e interesada, el Papa soltó la gran noticia: La Cruzada. Y se armó el lío, vaya que si se armó. No se sabe si es que el Papa hablaba muy bien o la gente esa mañana había tomado demasiado cognac (por supuesto francés) con el desayuno, pero el caso es que todos empezaron a gritar "Dios lo Quiere" y a rezar a voz en grito (y yo me supongo que más de un grupo a temblar previendo lo que se les venía encima, los judíos por ejemplo, que sabían que cada vez que había fervor religioso por parte de los cristianos había que decir aquello de sálvese quien pueda). El dibujo de arriba corresponde al papa Urbano.



Así es como nos cuentan las crónicas que fue el inicio de las Cruzadas. Evidentemente esta idea no se le ocurrió al Papa la mañana del 27 de noviembre por iluminación divina (no dudo que la hubiese tenido antes). Previamente había recibido una llamada de auxilio del emperador Alejo I Comneno (imagen de la izquierda) que estaba agobiado por los selyúcidas (o lo que es lo mismo, bizantinos agobiados por turcos).

 Y venga, vamos a ser muy mal pensados, porque dice el dicho "piensa mal y acertarás". ¿Realmente les importaba lo que pasaba en la Europa Oriental para armar el follón de las Cruzadas?. Pues no, claro que no. Pero es que Europa Occidental estaba llena de macarras peleones (macarra: hortera, vulgar, chulo). Me explico: los nobles medievales tenían varios hijos, el mayor lo heredaba todo, otro que iba para el clero, las mujeres que servían para casarlas y como moneda de cambio (pues eso, para casarlas) y los otros hijos que ni heredaban ni iban para el clero y que se dedicaban a guerrear por ahí y a montar pelea dentro del territorio europeo para desesperación de campesinos y demás nobles. Algunos obtenían ayuda de sus hermanos mayores que si habían heredado  y a los que les gustaba mucho la marcha porque al fin y al cabo eran caballeros y su función era pelear. Pero claro, tanta testosterona junta pues pasa lo que pasa: que si te invado, violo a tu familia, saqueo las tierras, que si que aburrimiento tengo hoy en el cuerpo voy a ver si quemo algún judío que hoy violar no me apetece, vamos lo normal para jóvenes sin oficio ni beneficio un domingo por la tarde.

Así que el Papa aprovechando por un lado que se había puesto muy peligroso ir a peregrinar a Jerusalén , que el bizantino (pobre, no sabía lo que hacía) estaba pidiendo ayuda desesperado y por último, que Urbano II estaba harto de tanta testosterona junta corriendo por Europa.... ea pues, las Cruzadas, y el problema de los bandarras (macarras) para otros. Además así de paso haciendo algo por Cristo y la cristiandad. Y a conquistar Jerusalén, ciudad sagrada para todo el mundo.

Y se lió parda, porque se apuntó todo el mundo, menos los que quería Urbano II que se apuntaran, es decir, los señores seculares importantes (normal, ya me los puedo imaginar "haciendo pereza", que si menudo calor hace por esos lares, que si mi partida de cartas como las voy a dejar, que si además con lo tranquilo que se va a quedar todo ahora que estos jovenzuelos se van...). Aún así el llamamiento fue un éxito ya que además si te apuntabas a las Cruzadas pues te perdonaban los pecados y mientras te ibas pues la Iglesia te cuidaba tus bienes. Se nombró como jefe al Obispo de Puy, Ademaro de Montiel, y tras este nombramiento se empezaron a animar algunos príncipes, como el conde Raimundo de Tolosa. (Era importante la presencia de los grandes nobles porque así tenía como más fuerza el asunto y seguro que iba a impresionar más a los enemigos).

Y hala, todos a coserse la cruz en la ropa y a marchar a Jerusalen.

Ana Comnena, hija del emperador Alejo, nos describe así lo que ella vio:

Se produjo entonces un movimiento tal de hombres y mujeres, que no se recuerda haber visto jamás nada semejante: las gentes más sencillas se veían impelidas por el deseo de venerar el Sepulcro del Señor y de visitar Santos Lugares...Esos hombres tenían tanto ardor e ímpetu, que abarrotaron todos los caminos; una muchedumbre sin armas más numerosa que los granos de arena y que las estrellas acompañaban a los soldados celtas portando palmas y cruces sobre sus hombros: mujeres, niños y hombres que dejaban su país. Al verlos, se dirían ríos que confluían de todas partes....la nación de los celtas es inciertamente muy ardiente y fogosa; una vez que ha tomado impulso no se la puede parar.
 
No se vosotros, pero yo ante esto, hubiese tomado mis trastos y me hubiese ido muy lejos. Que miedo por Dios. De todas forma lo que más me interesa de este texto es que habla de las mujeres , porque sí señores y señoras, a las Cruzadas fueron muchas mujeres, muchísimas, pero como la Historia ha sido escrita por los vencedores y por hombres, pues como que a veces se han olvidado del pequeño detalle de hablar de las féminas. Así que la semana que viene voy a centrarme en ellas.
 
Si os gusta el tema os recomiendo un libro fabuloso. Os dejo el enlace: http://www.hislibris.com/historia-de-las-cruzadas-steven-runciman/. Os va a encantar.
 
Doy las gracias a la gente de Estados Unidos, Bélgica, Holanda, Israel, Grecia y por supuesto España que se que me leen. Y doy las gracias a mis amigas Marieta y Rosana que son mis ángeles de la guarda y me ayudan, la una intentando que mi blog lo lea más gente y la otra dándome avisos con las faltas de ortografía. Lo dicho, la semana que viene más.
 
 


 


 

viernes, 2 de noviembre de 2012

LA MUERTE

Al final ni sobre métodos anticonceptivos ni sobre mujeres en las Cruzadas, en esta entrada voy a hablar sobre la muerte (coincidiendo con el día de Todos los Santos o Halloween o como queráis llamarlo). Como siempre hablo de la Antigüedad, pues hoy voy a hablar sobre la Edad Media y siglos posteriores; y los ritos funerarios de griegos, romanos y egipcios pues los dejamos para otra ocasión.

En primer lugar hay que hacer diferencia entre Centroeuropa y las zonas del Mediterráneo  y entre nobles y el pueblo llano. Lo que parece común es el color del luto ya que predomina el negro aunque a veces también se usaba el rojo (muy poco llamativo, este color se usó en la corte francesa durante un tiempo. Discretos ellos). En cuanto al duelo en sí, a veces era más importante la etiqueta que el propio luto; me explico: en algunas cortes europeas y sobre todo la francesa (ejemmm, no digo nada que luego dicen,) durante el siglo XVII había manuales que te explicaban como tenías que vestir, el tiempo que tenías para arreglarte y los adornos que te podías poner y los que no pegaban ni con pegamento, vamos, muy natural todo ello y apropiado para tiempos de pesar y tristeza (aquí se tendría que aplicar el dicho de antes muertos que sencillos porque de negro si que iban pero con sus complementos, y todo a juego. Me recuerda cuando ahora en las revistas aparecen los que asisten al funeral de algún famoso todos vestidos igualitos  y todos con  unas estupendas gafas de sol). Evidentemente esto se aplicaba a la nobleza porque al pueblo le daba más igual, aunque el color negro se extendió a todas las clases y estamentos. Lo que si que pedían a todos era contención, muchísima contención, ya que supuestamente el muerto pasaba a mejor vida y había que mostrar alegría y no tristeza (ésto lo decía la Iglesia). Claro las clases más populares, pues como que pasaban un poco más del tema y sí querían gritar pues gritaban y si querían tirarse encima del ataúd y agarrarse a él, pues también lo hacían (sobre todo en los países mediterráneos que siempre no sé por qué hemos sido como más desgarradores en nuestro comportamiento, más excesivos, lo cual por otro lado puede ser incluso más sano. Por favor si algún centroeuropeo o de Europa del Este me está leyendo que opine).

Tampoco era lo mismo si se moría un hombre o si se moría una mujer. En caso de ser el elemento masculino el superviviente pues no pasaba gran cosa, pero... ¡qué distinto con la viuda!, a las mujeres se las culpabilizaba de la muerte del marido, y aunque no dudo que alguna que otra se cepillaría al consorte, fuera por el motivo que fuera, no creo que todas ellas quisiesen eso en realidad, o lo llevasen a término. Afortunadamente ahora hay más libertad (este es el momento en el que espero que alguien en los comentarios me lleve la contraria y me ponga un ejemplo de un pueblo de España en el que hasta hace poco se lapidaba a las viudas y  a mí no me quedará más remedio que repetir aquello de que poco hemos avanzado). Hay un epitafio que una periodista llamada Nieves Concostrina encontró en un cementerio de Valencia y que no tiene desperdicio: Román, aquí yaces y haces bien, tu descansas, yo también.  No me imagino  a una viuda del siglo XVII escribiendo esto en la tumba del difunto porque con eso de culpabilizar es cuando llegamos a los comportamientos excesivos de los que hablo, produciéndose situaciones de verdadera locura, vamos para encerrarlos en un manicomio. Por ejemplo, en algunos lugares de Italia, durante la Edad Media  y en adelante, a la viuda se le prohibía salir de casa, bañarse y quitarse la ropa del entierro hasta que ésta se le cayera por la propia mugre, cuando esto pasaba, el luto había terminado (a ver quién era el valiente que se acercaba a ella, desde luego no creo que estas mujeres "pecar" pecaran mucho, pero siempre ha habido desesperados en este mundo). En otros casos aún era más extremos y además de todo esto, el día del funeral todos los que llegaban a la casa tenían que arrancarle mechones de pelo a la mujer, que tiraban encima del muerto,  y arañarle la cara, así al final del día además de haber perdido a su marido, perdía su pelo y su dignidad.

Ahora bien, si pensamos que sólo las clases más sencillas eran excesivas, pues nos equivocamos, en España sin ir más lejos , tenemos a nuestra Juana la Loca o como se llamaba en realidad Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos y casada con Felipe el Hermoso (que en mi opinión no era tan hermoso, era bastante feo el hombre) . Cuentan las fuentes que cuando se murió el susodicho hermoso, se dedicó a llorarle durante 47 años y no tuvo reparos en abrir la tumba en dos ocasiones y, según las malas lenguas que en mi opinión son las más divertidas, le arrancaba los ropajes y le besaba las manos y los pies (hay otra versión de los hechos que dice que la pobre mujer lo que hacía era mirar muy quieta y llorar en silencio, pero yo casi que me quedo con la versión más morbosa y la que dan las lenguas pérfidas ).Tampoco se lavaba (qué manía con no lavarse, a mí esto me huele a escusa para no pisar la bañera, es sospechoso que tanta gente hiciera lo mismo, me gustaría saber la aceptación que en la actualidad tendría si se pusiera de moda) y comía en el suelo sin platos ni cubiertos. Os dejo un cuadro que representa a Felipe el Hermoso. La verdad es que no entiendo a la pobre mujer porque además no parece que le hiciera mucho caso, pero en fin, el amor es ciego. Cómo habréis imaginado, el cuadro de arriba representa a Juana, a mí la verdad me parece mucho más mona ella.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Unos siglos más tarde la Reina Victoria de Ingaterra (1819-1901) durmió abrazada a la camisa de su difunto esposo (que por supuesto tampoco se lavaba, la camisa digo, el muerto poco se iba a asear) hasta que de ésta ya no quedaba un hilo y 30 años después de la muerte del cónyuge, un ministro inglés se quejaba de que un criado entrase en la estancia donde estaba despachando con la reina, para traer agua para el té del príncipe Alberto que llevaba criando malvas (criar malvas o lo que es lo mismo morirse. En el español más profundo y del pueblo llano al que yo pertenezco) una larga temporada. Veis, los ingleses también tienen lo suyo, no vamos a ser sólo los mediterráneos.
 
Para terminar, decir que también se implicaba a los animales en todos este tema del luto. A veces se ponían crespones negros a los caballos y mulas  y se pintaba el gallinero de negro. Hasta aquí bien, pero es qué a las abejas se las metía en el meollo especialmente.  Se tiene documentado que tanto en Francia como en Centroeuropa y en algunas zonas del País Vasco y Navarra, cuando se moría el dueño, el vecino de la familia tenía que ir a la colmena, golpearla tres veces y comunicar a estos bichos tan  interesantes que el amo se había muerto. Existía la creencia que si ésto no se hacía, pues las abejas también pasaban a mejor vida. Y no os creáis que es algo de los medievales, en España se tiene documentada esta curiosa costumbre hasta los años 70 de nuestro reciente siglo XX. 

Bueno, como veréis la muerte da para mucho así que retomaremos este tema en un futuro. Recomiendo un libro escrito por Alfonso M. di Nola llamado la Muerte Derrotada. Antropología de la muerte y el duelo. El libro es un poco petardo, pero tiene cosas interesantes.  La semana que viene más pero no de lo mismo.